LA MÁQUINA DEL TIEMPO Y EL BOSON DE HIGGS

Leí por la prensa estos días atrás una noticia que me dejó sorprendida, ilusionada y tal vez un poco asustada. Como fiel amante de la ciencia ficción fue como uno de esos sueños que desde siempre esperas ver hecho realidad alguna vez, como aquel futuro sesentero de Los Supersónicos,  viviendo enttre entrañables robots y comiendo manjares convertidos en pequeñas grágeas. Algún día les dedico una entrada completa. Ahora vuelvo al asunto que quería comentar.
A los aficionados a la ciencia ficción clásica, supongo que os será bastante querido el casi visionario H.G. Wells y su obra La máquina del tiempo, con toda la ristra de adaptaciones cinematográficas, de las que yo destacaría El tiempo en sus manos, con aquella rápida sucesión de escaparates como un magnífico recurso para reflejar el paso de los años. Aunque debo reconocer que divirtió bastante la ochentera saga de Regreso al futuro. Otros escritores de ciencia-fición han recurrido a este atracivo tiempo, con dos precursores, el decimonónico Dickens, con la archiconocida Un cuento de Navidad, y Mark Twain con Un yanki en la corte del rey Arturo. Entre los clásicos del género que han escrito sobre viajes a través del tiempo destacaría a Poul Anderson, con La patrulla del tiempo, a Philip K. Dick, con The Minority Report,  a Isaac Asimov con El fin de la eternidad y las poéticas imágenes de los Navegantes plegando el espacio en mi biblia de la ciencia-ficción, Dune. Pues bien, ficción aparte, parece que se ha descubierto una forma científica de "traspasar" el tiempo. Hay quien ya lo ha bautizado como "la máquina de Dios" pero a mí me produce escalofríos llamarlo así. Siempre que sa habla de este asunto de viajar en el tiempo surge la misma pregunta, la de que si alguna vez esto pudiera pasar, esta tecnología debería ser utilizada por gente tan cabal, equilibrada y correcta que me parece casi increible. ¿Quién de nosotros no ha fantaseado con el tema? Pues bien, parece que se acerca la hora de  que, una vez más, la realidad supere a la ficción. Las noticias dicen que se trata de un tipo de materia, la partícula Singlet de Higgs, que podría moverse hacia el pasado o hacia el futuro en el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones. Con este nombre, que me encanta, podría haber sido perfectamente el título de una novela . No sé lo que son los Hadrones, así que me he puestoa buscarlos por ahí. y me entero de que es una partícula subatómica, como un protón o un neutrón, que estos ya me suenan más. Los responsables de este increible experimento son los físicos Tom Weiler y Chui Man Ho, que merecen por esto mi respeto y admiración para siempre jamás. Espero que no tengamos que maldecirlos algún día, volviendo del pasado o del futuro. Incluso insinúan que el Colisionador podría estar recibiendo señales de experimentos futuros. A mí esto me embelesa a la par que me asusta. Y parece que el éxito de todo el entramado reside en encontrar el misterioso Boson de Higgs, que a mi me recuerda al Bolsón Cerrado de mis queridos Bilbo y Frodo. Dicen estos científicos  que no podrían viajar personas u objetos, pero sí mensajes. Tiempo al tiempo, y nunca mejor dicho. De todas formas, aunque sólo sean mensajes, ¿somos conscientes de las consecuencias que esto podría tener en la existencia de todo el universo? Si enviamos mensajes al pasado justo antes de momentos clave de la historia y cambia el devenir de los acontecimientos, ¿qué consecuencias podría traer al presente?... Y todo empezó con el genio Einstein, cuando, a través de su teoría de la relatividad, afirmó que viajar más rápido que la velocidad de la luz equivalía a viajar hacia atrás en el tiempo. Aunque la mayoría de veces no los entienda, pues su especialización supera los rudimentarios conocimientos científicos de alguien tan de letras como yo, me descubro ante estos investigadores que dedican su tiempo a estas maravillas casi milagrosas, cosas como ésta pueden hacer dar a la humanidad un paso tn gigantesco que supongo que hasta para ellos será imprevisible lo que pueda pasar si lo consiguen. Estaremos atentos.